Ayer por la tarde tuvimos en La Cabina el placer de poder disfrutar de la proyección de este trepidante y creativo mediometraje de cine negro, a cargo de uno de sus codirectores, el suizo Stefan Brunner.

Carlos Madrid y Stefan Brunner

Este rompecabezas que supone Blackstory supuso un gran reto para sus directores, ya que tardaron más de un año y medio sólo para completar el guión. Como nos explicó Stefan Brunner, estructurar un guión como éste suponía la dificultad de escribir cinco historias paralelas que suceden a tiempo real. Para ello necesitaban cinco columnas diferentes donde poder ir desarrollando las escenas y personajes sin perder el hilo de cada historia. Con el reto añadido de que cada una de las historias a su vez está relacionada con el resto, por lo que para ellos, más que escribir un guión, tenían que construirlo.

La inspiración para realizar este mediometraje la recibieron principalmente de dos fuentes. En primer lugar, en la época en que comenzaron a desarrollar la idea, seis años atrás, estaba muy de moda crear películas con este tipo de sistema de pantalla múltiple, y eso les llamó mucho la atención. En segundo lugar, se inspiraron en el tipo de juegos y enigmas que el propio locutor de radio, al principio del mediometraje, plantea a sus oyentes. Son historias que plantean misterios que el interlocutor ha de ir averiguando a través de preguntas, y que en muchas ocasiones son planteamientos cuya resolución precisa además de atención, ingenio y lógica.

Coloquio tras Blackstory

Stefan Brunner nos explicó que para la realización de este mediometraje utilizó sólo una cámara, aunque a lo largo del mismo, como si de la construcción de un puzzle se tratase, las escenas aparecen multiplicadas en la pantalla. Sólo para la grabación de la escena final utilizó cuatro cámaras al mismo tiempo. Para ello construyeron en 18 horas el escenario donde recrear el impacto de forma real, lo que da como resultado una secuencia de 6 segundos con muchas horas de trabajo a sus espaldas.

Stefan Brunner y Christoph Brunner trabajaron cinco años en este proyecto que les supuso la  graduación como directores en la Escuela de Cine de Viena. En ella, Stefan Brunner, continúa escribiendo sobre todo guiones de cine negro, género por el que sin duda siente una gran predilección.