Las barbies, desde que dieron su salto a los estantes de las tiendas de juguetes allá por los años 60, han sido las muñecas que más han contribuido al desarrollo de la imaginación de los niños -niñas sobre todo- a los que se presupone influenciados por un estereotipo físico dado como el de esta pequeña sílfide de PVC de micromedidas perfectas. Fomentan la imaginación infantil porque con todo su atrezzo de plástico, su caravana, su clínica veterinaria y su mansión blanca y fucsia a una le entran ganas de inventar en el suelo de su habitación cualquier tipo de ficción animada.

 

Todd Haynes (Velvet Goldmine, I’m not there) es un ejemplo de uno de esos niños que inventaban grandes historias gracias a Barbie, aunque él decidió esperar hasta los 26 años para dejar que las hieráticas muñecas invadiesen su imaginación y el objetivo de su cámara en Superstar: The Karen Carpenter story (1987). En efecto, el joven Haynes llevó a la gran pantalla la trágica historia de Karen Carpenter, solista del grupo de los 70, The Carpenters, para la que utilizó muñecas en vez de actores y actrices humanos. Haynes estuvo fabricando un mundo a medida para su diminuto reparto durante meses. El resultado fue un mediometraje de 43 minutos de duración en el que se cuenta la lucha de la cantante estadounidense contra la anorexia nerviosa, enfermedad que provocaría su muerte en 1983.

Tras su estreno, a película pasaría casi desapercibida en las salas de unos pocos festivales pero, pocos meses después comenzaría la polémica. Richard Carpenter, hermano de Karen, demandó a Haynes en cuanto vio la cinta porque el director no había pagado el canon de las canciones de los Carpenter que se utilizaban en el film y, sobre todo, porque en el relato se insinuaba la homosexualidad de Richard. Se realizó un juicio y Carpenter lo ganó, de modo que todas las copias de Superstar fueron requisadas por la policía y destruidas. Todas a excepción de una, propiedad del MOMA, que tiene prohibida su exhibición. Pero los caminos de Internet son misteriosos y, a pesar de los enconados esfuerzos de la familia Carpenter por evitar su distribución, hoy incluso YouTube posee una copia en su archivo.

Otro mediometraje de Todd Haynes muy recomendable es Assasins: A film concerning Rimbaud (1985).

Aquí os dejo la versión íntegra de Superstar: The Karen Carpenter story, una rara joya del cine.