Acercarse al tema de la muerte resulta siempre de lo más controvertido. Es por ello que en “Lazare” nos encontramos con continuas referencias e imágenes que nos la evocan, al tiempo que se desdibuja con metáforas y momentos que en propias palabras de su director: “rayan el surrealismo”. Raphaël Etienne, mediante una sucesión de situaciones que denomina “absurdas”, intenta minimizar la gravedad de un tema que a nadie deja indiferente. Es por ello que cuando es preguntado acerca de si tiene algo en contra de los animales, no pueda menos que sonreír y negarlo, puesto que las diferentes anécdotas de esta tragicomedia donde se ven implicadas situaciones con animales son meramente anecdóticas y una manera más de mostrar la fatalidad del destino de forma poco convencional y humorística.
En su entrevista del domingo, Raphaël Etienne nos contó que Lazare, personaje cuyo nombre está inspirado en el cuadro de Caravaggio “La resurrección de Lazare”, supone una metáfora del sufrimiento de volver a la vida tras la muerte, como si tras ella vivir fuera una tarea ardua y cuesta arriba. Por otro lado su hermano Virgile, cuyo nombre se inspira en “La divina comedia” de Dante y su angustioso camino al infierno, recorre casi de igual manera, su propio camino al averno tratando de evitarlo pero sin poder escapar de él.
A pesar del deseo continuo del personaje por escapar del dolor y el momento del funeral que lo enfrentará cara a cara con la realidad de la muerte de su hermano, se ve inexorablemente impelido por una fuerza mayor que lo lleva camino de su destino. En ese viaje, las referencias a través de imágenes y escenarios contradictorios y en ocasiones casi incoherentes, son una manera a través de la cual Raphaël Etienne intenta quitarle peso y gravedad a algo tan serio y profundo como la muerte, sacándonos alguna sonrisa, a priori imposible.
Como anécdota, destacamos que nos contó que el cuestionario de satisfacción que lee el protagonista con el megáfono es un cuestionario real de una funeraria. Para mostrarnos hasta qué punto determinadas realidades son ya de por sí bastante paradójicas.
Un placer tener a Raphaël Ettiene y su mediometraje “Lazare” en esta edición del festival.
Texto: Isthar Saldaña
Foto: Daniel Tordera