Si has llegado hasta aquí, a estas alturas de la película (je) lo más probable es que creas que lo sabes todo sobre el mediometraje. Y seguramente estés en lo cierto. A pesar de eso, el misterio que envuelve al universo del mediometraje es insondable, así que nunca está de más hacer un repaso ágil a algunas de las curiosidades que rodean a las fascinantes historias que necesitan entre 30 y 60 minutos para ser contadas.

 

Truffaut y la eterna polémica de los minutos

Para empezar, siempre ha habido quien se ha empeñado en poner en duda la duración de los mediometrajes. Y no nos referimos a esa obsesión (por fortuna cada vez menos frecuente) de llamar cortometraje a todo lo que no sea un largometraje… Entre los mitos de más entidad destaca, por encima de todos, la leyenda en la que François Truffaut redefinió la duración del mediometraje. En una cita que lleva años deambulando por Internet sin que nadie se atreva a ubicarla del todo, el director francés afirma que es “una tontería decir que un mediometraje se limita a 59 minutos cuando el cine, desde Méliès, lo define hasta 65″. Efectivamente, el mito sitúa la horquilla entre los 20 y los 65 minutos; esto haría que películas como ‘Les Mistons’ (26) o ‘Antoine et Colette’ (29) pasaran a categoría de mediometraje. ¡No nos líes, François!

 

Charlie Brooker, Black Mirror y La Cabina de Antonio Mercero

Esto sí que escapa al mito. Más que nada porque está escrito y se puede rescatar en cualquier momento, hemeroteca digital mediante. En marzo de 2013, en plena promoción de la segunda temporada de Black Mirror, Charlie Brooker reconoció en una entrevista a El Mundo la influencia de Antonio Mercero en su serie. Concretamente se refería a la misma película que inspiró este festival, La Cabina de José Luis López Vázquez, como una de sus referencias cinematográficas favoritas. “El final de ‘Oso blanco’ está inspirado en ella”, reconocía en la entrevista.

 

El mediometraje: la línea que une a Buster Keaton con Rick y Morty

Brooker ha firmado algunos de los mejores mediometrajes de los últimos años; de hecho, su episodio ‘Tu historia completa’ (2011) se encuentra en el séptimo puesto de los mejor valorados en la web de cine FilmAffinity. La web cuenta con una categoría específica para las películas de entre 30 y 60 minutos. En lo más alto, el primer capítulo de la tercera temporada de Rick y Morty (‘Cadena Rickpetua’, 2017) y ‘El moderno Sherlock Holmes’ (1924) de Buster Keaton pugnan por coronarse como el mediometraje mejor valorado por los miles de usuarios de la plataforma. Si te estás preguntando por cuál es la peor valorada, y te lo estás preguntando seguro, la versión brasileña de ‘Ratatouille’ (‘Ratatoing’, 2007) y la alemana de ‘Hércules’ (1997) se llevan el suspenso sin llegar al 2.

 

La mano de Wong Kar-wai

A principios de este siglo, un grupo de productores franceses e italianos convencieron a un ancianísimo Michelangelo Antonioni para participar en una especie de trilogía sobre Eros. Así, en bruto. La idea era hacer converger tres historias dirigidas por tres directores diferentes: Antonioni, Wong Kar-wai y Pedro Almodóvar (sustituido finalmente por Steven Soderbergh cuando tuvo que renunciar al proyecto por incompatibilidades de calendario). De las tres películas, sólo la del director chino atraviesa la frontera del cortometraje con soltura. Aclamado por la crítica, ‘La mano’ (2004) es un mediometraje de 44 minutos que, para muchos, es la puerta invisible que une las historias de ‘Deseando amar’ y ‘2046’.

 

El falso mediometraje de Quentin Tarantino

Bien diferente es la historia del cacareado mediometraje de Quentin Tarantino, del que hay quien se atreve a decir que tiene visos de precuela de ‘True Romance’ (Tony Scott, 1993). Entre 1984 y 1987, Tarantino y Craig Hamann (compañeros de trabajo en un videoclub de California) escribieron y grabaron ‘My Best Friend’s Birthday’. Al parecer, el metraje original de la cinta se iba hasta los 70 minutos. Sin embargo, un misterioso incendio durante la edición destruyó casi la mitad de la película, convirtiendo el largometraje en un falso mediometraje. ¡La magia del cine!