Escribir sobre música es como bailar con arquitectura. Esta frase se le atribuye a músicos de todo pelaje, de Frank Zappa y Elvis Presley a Bob Dylan; siempre encontrarás a alguien que asegura que se la ha escuchado a alguien diferente. Es la típica frase que una vez fue ingeniosa pero que, de tanto usarla, se ha convertido en una especie de jarrón chino vacío de contenido. Es el va de retro Satanás de los periodistas musicales y este año volvemos a tener un ejemplo que prueba que, al menos en cuanto a lo cinematográfico, tiene poca credibilidad.
Allí en París (Alba Crespo y Antonio Barquero, 2021) es uno de los mediometrajes seleccionados para proyectarse como parte de Amalgama en la XV Edición de La Cabina. Un recorrido por la agitada relación entre el flamenco y la capital francesa en las décadas de los 70 y los 80 a través del testimonio del productor Miguel Vallecillo Mata. Pretexto perfecto para repasar, en cinco reliquias de la época publicadas por él mismo, algunos de los nombres que invitan a arriesgarnos a escribir sobre música (en este caso flamenco).
Camarón de la Isla, con Tomatito (París, 1987)
“Mítico” es uno de esos adjetivos sobreutilizados. Puede ser uno de los mejores detectores de cuñado de los últimos tiempos. Sutil, pero infalible: si lo dice, casi seguro que estás ante una persona que lo sabe todo mejor y antes que tú. Sin embargo, a veces se utiliza bien. Como en el caso de la visita a París de Camarón de la Isla, junto a Tomatito, para actuar en el Cirque d’Hiver en 1987. No hay otra palabra.
Juan Peña ‘El Lebrijano’ (París, 1988)
Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo por el Ministerio de Cultura en 1997, El Lebrijano es una figura fundamental en la relación del flamenco con París. “Cuando Lebrijano canta se moja el agua”, dijo el escritor Gabriel García Márquez al escucharle cantar por primera vez.
Aurora Vargas (París, 1987)
Cuando el flamenco se escuchaba en París, no todo era cante. En este increíble vídeo de Vallecillo se puede ver, el mismo año que Camarón pasó a la posteridad, a la cantaora y bailaora Aurora Vargas cantar y bailar como si estuviera en su barrio de La Macarena en Sevilla.
Enrique de Melchor (París, 1988)
El flamenco no se acaba con Camarón de la Isla, y la guitarra flamenca no termina en Paco de Lucía. Enrique de Melchor (que, de hecho, giró con el guitarrista de Algeciras) llegó a tocar con, entre otros, El Lebrijano, Enrique Morente, José Mercé, Rocío Jurado o el mismo Camarón.
Juan Moneo ‘El Torta’ (París, 1998)
Genio de las bulerías y las soleares, Juan Moneo ‘El Torta’ fue, durante una época, uno de los habituales del flamenco en París junto a otros nombres como Luis de la Pica, El Capullo, Chano Lobato o Enrique Morente. Le podemos en Flamenco, la película de Carlos Saura en 1995.