“Nunca vuelvas a decir lo que piensas a alguien que no sea de la familia”. Realmente es difícil empezar un texto de forma más cuñada que con una cita de El Padrino. Si no has dejado de leer ya has perdido tu oportunidad. Sin embargo, esto nos sirve de pretexto para encontrar el hilo de una de las publicaciones más curiosas del blog: hay un par de directores en la XIV edición de La Cabina que, en sus proyectos audiovisuales, le dan mucha más importancia a la familia que cualquier frase hueca en una película llena de señores. Vamos a ello.

Dinah Ekchajzer, en ‘Vas-Y Voir’ (Amalgama 2021), utiliza una historia de su familia, pero sólo como gancho para poder hablar de temas que trascienden. Rebuscando en uno de los armarios que sus padres tienen en el salón, Ekchajzer encontró infinidad de fotografías y grabaciones de vídeo y audio. Eran de su abuela, en la época en la que había decidido trasladarse desde Francia a un Níger entonces ya neocolonial.

 

 

Ekchajzer, que entonces se encontraba proyectando su película de graduación en la escuela de cine La Fémis, vio el cielo abierto. Las fotos, las grabaciones de 16mm y las más de 20 horas de audio grabadas durante los 6 años que su abuela pasó en África sirvieron, sin embargo, para ir más allá. La joven directora francesa empleó todo el material y la apasionante vida de su abuela (pedagoga que, entre otras cosas, fundó el departamento de cine del Instituto Nacional de Artes en Níger) para hablar de su relación con su criado, Abdou, y dibujar un mediometraje que habla de clase, raza y colonialismo.

Vitaly Akimov recorta la distancias genealógicas en su película, que participa en la Sección de Amalgama. En ‘Malchik’ (‘A Boy’, 2021), el realizador, artista y documentalista ruso retrata la vida de su padre y aprovecha la diligencia del hijastro de su hermano para guiarnos en un viaje por el sudeste de Rusia. Akimov, igual que Ekchajzer, vuelve a emplear la narración familiar para ir un poco más allá y presentar los grises contornos de su Arsenyev natal, a unos 400 kilómetros de la frontera con Corea del Norte. 

 

 

Ambos realizadores, parte del programa de proyecciones de Amalgama, hacen su propia versión de la frase de Michael Corleone: “es mi familia, Kay, no soy yo”. Ya veis, al final no hemos podido escapar a la caspa en este post. ¡Huid!